Al recibir una suculenta enviada a raíz desnuda, es importante seguir ciertos pasos para asegurar su correcto trasplante y adaptación a su nuevo hogar. Sigue esta guía para plantar tu suculenta de manera adecuada.
Preparación del material
Antes de comenzar, asegúrate de tener a mano todo lo necesario: tierra para suculentas, una maceta con agujeros de drenaje, piedras pequeñas para el drenaje, y un palito para hacer agujeros en la tierra.
Preparación de la suculenta
Antes de plantarla, es importante revisar las raíces de la suculenta. Si alguna raíz parece dañada, córtala con unas tijeras limpias (desinfectadas) y afiladas. Deja secar las raíces al aire durante unas horas para evitar la pudrición.
Nota: para desinfectar tus tijeras de poda puedes utilizar alcohol.
Plantación de la suculenta
Llena la maceta con una capa de piedras pequeñas en el fondo para asegurar un buen drenaje. Añade la tierra para suculentas hasta llenar 2/3 de la maceta. Haz un agujero en el centro lo suficientemente grande para acomodar las raíces de la suculenta.
Coloca la suculenta en el agujero y asegúrate de que las raíces estén extendidas de manera uniforme. Rellena con más tierra alrededor de la planta, presionando suavemente para asegurar su estabilidad.
Riego y cuidado
Después de plantar la suculenta, riégala ligeramente para asentar la tierra alrededor de las raíces. Evita regar en exceso, ya que las suculentas son plantas que prefieren la sequedad. Coloca la maceta en un lugar con luz indirecta y deja que la planta se adapte gradualmente.
Sigue estos pasos y tu suculenta enviada a raíz desnuda podrá crecer y prosperar en su nuevo hogar. Recuerda que cada suculenta es única, así que observa su crecimiento y adapta los cuidados según sus necesidades específicas.